31 marzo 2005

El Trompetero de Camelot

Resolución del Consejo de la Tabla Redonda.
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Con fecha de hoy, el Rey Arturo y el resto de miembros del Consejo, se han reunido para estudiar la petición que les ha presentado Lady Trenzas en favor del caballero JM, y exponen el resultado de sus deliberaciones:
Punto1.-Que entienden y lamentan los problemas del citado caballero.
Punto2.-Que el caballero debe comprender que no se puede privar de su libertad de expresión a Lady Sherezada ni a Lady Trenzas.
Punto3.-Que, en el deseo de solucionar esto de la mejor manera posible, sin que ninguna de las partes se sienta perjudicada en exceso, resuelven:
Que el caballero JM tiene derecho a sentirse hecho polvo los días impares de cada mes, pero se le aconseja una visita al Mago Merlín en previsión de que esa tendencia aumente. Los días pares tendrá que aguantarse con los besitos, besotes, saluditos y demás zarandajas de sus corresponsales.
Que Lady Sherezada y Lady Trenzas repriman en esos días sus efusiones respecto al caballero que nos ocupa para facilitar su total recuperación.
Que se cumpla.
Dado en Camelot, tal día como hoy.
Firma ilegible.

30 marzo 2005

El Trompetero de Camelot

Noticias del campo de batalla.
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Según crónica de nuestro corresponsal, no estamos teniendo mucho éxito en la guerra que sostenemos contra el vecino reino de Bloggerius. Nuestros heridos se cuentan por cientos sin que sepamos las bajas de nuestros enemigos que, a juzgar por el ímpetu de sus ataques, no deben de ser muchas.
El Rey Arturo está negociando un pacto de ayuda mutua con los embajadores de Yapuntocom y Movableland, por si fuera necesario utilizar sus caminos e infraestructuras en caso de una retirada victoriosa* de nuestras tropas.
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*Recuérdese que los ingleses pierden las guerras victoriosamente.
Primera edición 30 marzo 2005

28 marzo 2005

El Trompetero de Camelot

Carta del Director a Lady Sherezada d´Aquí.
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Mis respetos, Lady Sherezada;
Deseo agradecerle el interés que demuestra por nuestro modesto boletín. Me pregunto si ese interés llegaría al punto de desear suscribirse. En caso afirmativo solo deberá mandarnos un pergamino, debidamente franqueado, con su nombre, dirección completa y fotografía tamaño carnet. El precio de la suscripción es de dos guineas: Guinea Bissau y Guinea Ecuatorial.
Sin otro particular y esperando sus noticias, se arrodilla y besa su mano,
Sir Trompeta d´Allí
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Primera edición 28 marzo 2005

27 marzo 2005

El Trompetero de Camelot

Disposiciones del Consejo
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De todos es sabido que los precios de las reparaciones de armaduras, yelmos y cotas de malla, se han disparado hasta un punto que hacen tambalear la economía de los caballeros. Para evitar abusos se recomienda pedir un presupuesto previo a los profesioanles del sector y, por otra parte, en el patio de armas del castillo, de lunes a viernes, se impartirán cursillos de Planchistería Aplicada, para que los caballeros que lo deseen, puedan repararse ellos mismos las citadas prendas.
También se dispone que se aplique, con carácter inmediato el Real Decreto 142/5, en el que se ordena a los caballeros que incluyan entre sus pertrechos un recipiente conteniendo lubricante, tipo 3 en1, que con tanto chirrido de articulaciones oxidadas no hay forma de sorprender al enemigo.
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Se advierte a los arqueros de este reino, que las puntas de las flechas deben hacérselas ellos mismos, siguiendo las instrucciones que recibieron en su momento de los maestros armeros. Las damas de la Corte se han quedado ya sin alfileres con que recogerse los vestidos y amenazan con pedir el voto si los citados arqueros no se los devuelven de inmediato.
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Primera edición, mayo 1999

El Trompetero de Camelot

Última hora.-Esta mañana, mientras efectuaba una ronda por el Zoológico del Reino, nuestro primer caballero, Lancelot del Lago, se ha visto sorprendido por un dragón que había logrado escapar de su encierro sin que nadie lo hubiera advertido.
Nuestro fotógrafo ha captado una instantánea del momento en que Lancelot volvía grupas a toda velocidad para ganar distancia, revolverse y poder acometer al dragón, matándolo cara a cara.



Como el caballero tardaba un poco nuestro fotógrafo se ha ido a comer. Intentaremos ampliar la información en próximas ediciones.
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Primera edición 29 julio 1.999

26 marzo 2005

El Trompetero de Camelot

Crónicas de sociedad
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Ayer tarde, nuestra señora, la Reina Ginebra, fue a la peluquería. También se rumorea que se ha cambiado de ropa interior pero este extremo no ha podido ser confirmado. Si esto último fuera cierto podríamos asegurar que el caballero Lancelot está a punto llegar.
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La top-model Nínive, ha declarado a esta corresponsal que no son ciertos los comentarios mal intencionados que se hacen acerca de su relación con el mago Merlín. Según dice, jamás ha pensado en robarle sus fórmulas magistrales al citado mago y está segura de que tal calumnia procede de Morgana, que la odia a muerte desde que le quitó el novio. Nos asegura que, ahora mismo, está muy feliz con el conde Laequio, de quién no piensa separarse por lo menos hasta el mes que viene.
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Contactos
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Top-model de confianza busca conde o aristócrata de superior categoría, para relación tormentosa que se pueda vender a la prensa especializada. Contactar antes del 1 de agosto para preparar estrategia. Imprescindible caballo, escudero guapo y castillo confortable.
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Primera edición 20 julio 1999

25 marzo 2005

Erase que se era...

... una linda princesita que todas las noches soñaba sueños maravillosos. Y se enfadaba mucho porque al despertar, nada de lo que había soñado se encontraba ante sus ojos. Quería dormir siempre para no dejar de ver sus sueños pero, naturalmente, eso no era posible. El sol llegaba puntual y con él la realidad de todos los días.
Las doncellas abrían las ventanas de par en par, la ayudaban a levantarse, la bañaban, la peinaban, la vestían y ¡hala!, a la rutina de siempre.
La princesa estaba hartísima de tener que despertarse a diario tanto si quería como si no. Con el tiempo llegó a odiar de tal forma no poder quedarse soñando, que enfermó. Su cara se volvió pálida, sus manos transparentaban de delgadez y su bonita sonrisa desapareció. Solo cuando dormía su rostro reflejaba felicidad.
Sus padres, que la querían mucho, buscaron todos los remedios posibles. Los más ilustres médicos pasaron por el palacio a visitar a la princesa sin hallar medicina que la sanara. Todos los magos famosos formularon encantamientos y conjuros sobre la princesa y cocinaron enormes calderos de pociones mágicas que tampoco surtieron ningún efecto.
Un día, con apenas un hilillo de voz, la princesa dijo a sus padres: "Si consiguiera que la noche durara siempre, podría soñar con los ojos abiertos y me curaría"
Los reyes llamaron inmediatamente a los hombres más sabios del reino. "¿Existe algún lugar en el mundo donde siempre sea de noche?". El más anciano de ellos contestó que sí, que existia ese lugar y lo señaló en un gran mapa, aunque les advirtió que allí hacía un frío intenso y deberían llevar mucha ropa de abrigo.
El rey ordenó que se esquilaran todas las ovejas de todos los rebaños del reino y con su lana se confeccionaran mantas, abrigos, tiendas, toldos y todo lo que se pudiera necesitar y así se hizo. Cuando estuvieron preparados subieron a la princesa y a su séquito en confortables carruajes y emprendieron el camino.
Pasaron y dejaron atrás muchos países bellísimos pero la princesa no quería verlos. Cerraba los ojos e intentaba dormir. Dormir para soñar.
Poco a poco los días se fueron haciendo más cortos y las noches duraban más horas y una mañana que resultó especialmente breve, la princesa sonrió estando despierta.
La alegría fue tanta que parecía que hasta los caballos se habían contagiado y, como si les hubieran brotado alas, corrían veloces hacia la noche que les devolvería a su princesa.
Y por fin, no salió el sol. Solo una delgada línea de claridad parecía colgar del horizonte. Hasta la nieve, que lo cubría todo, había oscurecido. Y la princesa abrió los ojos y miró en todas direcciones. Su sueño debía estar allí, en alguna parte, en el centro de aquella oscuridad que era tan profunda como cuando dormía y aún no había empezado a soñar.
Cerró los ojos muy fuerte, muy fuerte y luego, lentamente, los abrió y... ¡oh maravilla, allí estaban..! El cielo se había llenado de colores que se movían y mezclaban, se enredaban, bailaban, huían, regresaban, subían y bajaban sin cesar. La emoción casi no la dejaba respirar. Le parecía que aquellos colores le acariciaban los cabellos, las mejillas, la envolvían en un manto cálido y la arropaban con cariño. Y le entraron muchas ganas de gritar y de correr para alcanzar del todo aquel milagro.
Después de un largo rato el cielo se tranquilizó. Los colores se fueron difuminando en la oscuridad y la princesa, agotada, sintió deseos de dormir, pero esta vez, al arrebujarse en su cálido lecho de pieles pidió a sus doncellas que no se olvidaran de despertarla. Quería estar bien despejada cuando el cielo viniera a acariciarla otra vez.
Con el tiempo, la princesa sanó del todo, se casó con un noble caballero de su séquito y se quedó para siempre en el único lugar en que se sentía feliz estando despierta.
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Primera edición, 23 junio 1.999

El caballero que sabía hacer magia

En tiempos del Rey Arturo, vivió un valiente caballero de quien se decía que no solo era un buen guerrero sino también un poderoso mago, capaz de realizar los más increibles encantamientos.
El siempre negaba tales rumores con vehemencia y jamás accedía a recibir a nadie que, con el propósito de pedirle algún hechizo, se acercara a las puertas de su castillo.
Sucedió que el caballero conoció en la corte a una hermosa doncella y enamorado hasta lo más hondo de su corazón, propuso matrimonio a la joven. Ella aceptó y con el permiso del Rey la boda se celebró con gran contento de todos pues eran, en verdad, una hermosa pareja.
Partieron los recién casados hacia su castillo y comenzaron una vida llena de felicidad.
Sin embargo, la joven se moría de curiosidad por saber si las habladurías acerca de los poderes ocultos de su esposo eran ciertos y tanto y tanto rogó que el caballero le confesó que sí, que era un gran hechicero. Entonces le pidió que le hiciera alguna demostración de ese poder y, no sin disgusto, él le prometió hacerlo con una condición; viera ella lo que viera que sucedía, no debía gritar ni proferir exclamación alguna, ni decir una sola palabra. Si lo hacía, algo terrible podría sucederles.
La joven juró que ni un suspiro saldría de su boca y al momento el caballero se transformó en un pequeño pájaro que fue a posarse en las manos de su esposa y picoteó amorosamente la suave piel mientras ella acariciaba su delicado plumaje.
Poco después el pájaro salía volando por la ventana para regresar al instante perseguido por un enorme halcón. La joven, aterrorizada al ver el peligro, alzó los brazos y gritó para ahuyentar al perseguidor y en el mismo momento en que el grito salía de su garganta, pájaro y halcón desaparecieron de su vista.
Desesperada, corrió por el castillo buscando ayuda, pero todos los caballeros al servicio de su esposo habían desaparecido también con sus caballos, sus armas y sus escuderos.
Jamás volvió a verlo, ni a ninguno de sus hombres, pero en las noches de luna llena se escucha galopar de caballos alrededor del castillo y dicen los que entienden de magia, que esos caballos llevan herraduras de plata y que sólo cuando esas herraduras se hayan gastado por completo, se deshará el hechizo y podrán regresar al mundo terrenal los desaparecidos caballeros.
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Primera edición, allá por 1998.

Bicocas. O no.

Pues resulta que en estos dos o tres días han ido apareciendo cosas en los cajones de mi familia. Además de montañas de fotos y recuerdos de todas clases, han salido también una buena cantidad de cartas, cuentos y crónicas de urgencia que a lo largo del tiempo les he ido enviando y que han conservado por puro masoquismo.
Algunas ni las recordaba. Otras sí, porque me divertí como una loca escribiéndolas y pensando en la cara que pondrían cuando leyeran tanto disparate junto.
Y yo, que soy más bien dócil, he acatado el ruego que, a punta de cuchillo en las costillas, me han hecho mis múltiples familiares y he abierto otro blog para todas esas letras que un día les escribí.
Ellos aseguran que es una bicoca. Al fin y al cabo no tengo ni que pensar para escribirlos porque ya lo están desde hace tiempo. No saben ellos, pobres, que yo para escribir no pienso, porque si lo hiciera, no escribiría ni una palabra. Estoy en contra de la tortura intelectual.
Como me tienen en sus manos y en su ordenador (y como no quitan el cuchillo de mi espalda), me recortaré las uñas para escribir más rápido y me pondré a la tarea.
Que os sea leve...!