La distancia más corta entre un punto y otro es la línea recta. Es por eso por lo que nunca llego a tiempo a nada; porque doy muchas vueltas.
Solía pedir que se parara el tiempo para poder llegar adonde fuera; necesitaba que alguien atrasara el reloj cinco minutos; cinco minutos sólo y hubiera llegado. Nunca pasaba, claro, y llegaba tarde. Daba vueltas y vueltas; me perdía, me equivocaba, preguntaba el camino...
Inútil todo; llegaba tarde. Y sigo haciéndolo.
La culpa es mía siempre. No sé que hago con el tiempo. Se me vuelve imposible controlarlo, decidir que es urgente o que es importante y cual de las dos cosas va primero.
Por eso digo no cuando debo decir sí. O al revés. Es que no me da tiempo a decidirme; necesito otros cinco minutos y luego, otros cinco más.
Así pasó contigo; que no tuve tiempo, que se me hizo tarde, que no supe medir la distancia justa, que me perdí y no pude encontrarme.
7 comentarios:
Todos somos esclavos del tiempo aunque algunas veces pretendemos obviarlo, un segundo podría ser la diferencia entre una cosa y otra, en tan solo minutos perdemor cosas y logramos otras, en tan solo minutos o quizás segundos podemos morir...
Lo peor del tiempo es que se va. Y no hay forma de sujetarlo :)
Y claro, solo un parpadeo y ya no estás donde estabas ni ves lo que veías...
A veces es dando esas vueltas como una aprende a encontrar la linea recta...
Besos Trenzas.
Si me cambias el nombre me perderé en tus suspiros...
Montón de besos de tu peluquero ;-)
Yo ya debería haber aprendido, que edad tengo para eso, pero...
A lo mejor lo que pasa es que quiero llegar tarde :)
Un beso, nena
Yole, yo no te cambio por nada :)
Ni el nombre ni el traje ni nadita, ea..!
Y si te pierdes, dime donde, que quiero seguir leyéndote.
Montones de besos, para que no falten nunca.
Una nunca deja de aprender.Aunque cumpla cien años...
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