02 abril 2005

Sectas perniciosas

Los millones de lectores que visitan este blog (disculpad pero es que no tengo abuela) me dicen con frecuencia que se me han aflojado los cables neuronales. La verdad, me parece infinitamente cruel recordarme a cada post mi estado mental teniendo en cuenta lo que tuve que sufrir en el pasado y he decidido contaros toda la verdad.
En una época de mi vida, que intento olvidar por todos los medios, estuve captada por una secta de las más perniciosas. Su nombre, "Pans & Company". ¿A que se os ha puesto la piel de gallina solo de pensarlo? En aquel tiempo yo era una inexperta jovencita que creía honestamente que alimentar a los hambrientos a base de pan y compañía, era una meta deseable en la vida y sin pensarlo dos veces me convertí en un miembro activo. Durante un largo tiempo mi vida tuvo una razón de ser. Me sentía útil y era feliz cuando podía compartir los bocadillos con almas tan necesitadas como yo.
Nada sospechaba de lo que en realidad nos tenían reservado nuestros dirigentes espirituales ni del desastre a que nos abocaban sin remedio, hasta que una mañana en que la ración de pans con tortilla fue realmente excesiva, tuve la sospecha de que algo olía a podrido y no solo en Dinamarca como cree el pretencioso de Hamlet.
El caso es que, mediante sobornos de pans con chorizo a las personas adecuadas, conseguí llegar a los archivos centrales de la organización y pude enterarme de sus diabólicos planes. Tenían montada una ingeniosa estrategia para matar a media humanidad sin que pudieran culparles de nada. La gente moriría con la sonrisa en los labios y bendiciendo el nombre de sus asesinos. El plan consistía en hacer comer a sus víctimas la mayor cantidad posible de pans con lo-que-sea-que tenga-más-grasa y luego, cuando ya tuvieran las arterias taponadas por el colesterol, proporcionar compañía, pero no una cualquiera, no. Compañías de esas que te hacen subir la tensión a 124-120 y que el pulso acelere hasta 130. Para lograrlo ya tenían contratados los servicios de Girls&Boys Sex Ltd. con órdenes de aparecer en el momento justo.
Quedé horrorizada ante tamaño complot y salí zumbando a denunciar el caso a las autoridades competentes. Solo me llevé a uno de los Boys que estaba particularmente..., esto.., en fin, ya me entendéis, no?
Desde ese momento nada más he tenido que ver con la citada Secta aunque es justo reconocer que de vez en cuando me ataca un deseo enorme de un pans con cualquier cosa que chorree grasa por todos sus lados.
Espero que pronto esos deseos desaparezcan porque intento de veras llevar una vida sana y ya solo consumo género de los establecimientos Pans & Prozac.
*
Primera edición; no se qué mes del 2001

5 comentarios:

Sherezada dijo...

Aaaaahhhhhhhhhhhhhhh
ahora me queda todo muchísimo más claro... Esa secta es una de las peores. Pero cuéntame, amiga, cómo está ese pobre Boy que secuestr... que salvaste de la secta, digo. Me preocupa mucho su situación, tomando en cuenta que no era el único. ¿Qué puedo hacer para conseg... salvar a uno?

un abrazo, y prometo nunca más pensar que eres una chiflada.
Sherezada

Trenzas dijo...

Bueno.. el Boy sigue bue.. bien, gracias, y creo que tiene un amigo que no pondría reparos a conocer algún país exótico como el tuyo.
De todas formas esto no es un tema para tratar aquí, porque ya me veo buscando Boys a la desesperada para mis millones de lectoras y la verdad, no es plan, que no me quedaría tiempo para el mío. Buuueeenoooo, vale, le hablaré de tí a ese Boy, siempre que mantengas la promesa de olvidarte de mi chifladura.

Sherezada dijo...

jajaja, hecho!

JM dijo...

Jajajajajajajajajajajajaja
Maravilloso relato.

PD: por discreción no he leído sus comentarios de arriba, me refiero a esos en los que trafican con boys.

Trenzas dijo...

Bufff..! menos mal JM. No me di cuenta de lo que escribía. Estaba pelín obnubilada. No sé si por el Boy o por el Prozac.