13 mayo 2005

Él

Lleva conduciendo un buen rato. Estas distancias hasta su casa le consumen el poco tiempo libre que le queda.
Hoy es viernes, por suerte. Dos días sin traslados, sin oficina, sin reuniones. Dos días en casa. Y tres noches.
Un bocinazo. Tienen razón, estoy distraído. Levanta la mano cuando pasa el otro coche, pidiendo disculpas. Es que estoy cansado. Pone la radio. Parecen las mismas noticias de ayer palabra por palabra. Mismas disputas políticas, mismos sucesos sangrientos, mismos perdedores...
De qué se extraña? Su vida también es así. Días iguales a otros, uno detrás de otro, una hora tras otra.
Cuantos años lleva casado? Más de 20. ¿Cuantos días son 20 años? Hace un cálculo mental. 7.300 ¡Tantos..! No, son más porque hay años bisiestos. Sonríe por esa precisión. ¡Qué más dará unos días más o menos..!
Sirenas y luces adelantándole. Un accidente. Vaya, esto me va a retrasar bastante. El policía le dice que tiene que tomar un desvío. Le da algunas indicaciones que él no acaba de entender. Toma el desvío. Ya encontrará algún indicador que le oriente.
Cuantos días eran? Más de 7.000. Con sus noches, claro. ¡Cuantas cosas pasan en 20 años y que pocas dejan una huella feliz!
No sabe muy bien porqué, pero los ojos se le llenan de lágrimas que no puede contener. Las deja caer libres sobre la camisa, sobre los pantalones.
7.300 días de algo que no debió durar ni 300. Y que sigue sin darle un respiro. Piensa en ella y sabe que no quiere verla esta noche. La llamará. Le dirá que ha surgido algo en la oficina. Se quedará en algún hotel de la ciudad. Tendrá tiempo para reflexionar a solas. Necesita estar solo. Tiene que estar solo unas horas al menos. Necesita pensar, necesita...
No sabe lo que necesita pero si sabe que no va a ir a casa. Otra vez los ojos se le llenan de lágrimas.
Detiene el coche y baja. No sabe donde está. Se ha metido en un descampado sin darse cuenta. La carretera ha quedado muy por encima. Ve las luces del tráfico allá arriba. ¿Cómo he podido distraerme tanto? Al menos es un terreno llano.
Dará la vuelta y volverá a buscar una entrada a la carretera. Ya es noche cerrada.
Ahora le urge volver a la ciudad. Quiere pensar en todo lo que siente que debe pensar. Tomar alguna decisión; solucionar o romper. Comprende que no puede esperar más para vivir de otra manera. No sabe como, pero distinta. Está decidido. No más de esto.
Sube al coche y apreta el acelerador a fondo hacia las luces.
No ve venir al tren.

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